Si decides contratar a alguien que te miente, te roba y te
toma por tonto, y aun así continúas con ese servicio incluso después de
encontrar una mejor opción, entonces mereces que te mientan, te roben y te
tomen por tonto.
No sé si a otros asesores les ha
pasado, pero a mí me ocurre con cierta frecuencia. Llega alguien —puede ser una
persona natural o jurídica— buscando orientación para un proceso que ya tienen
en marcha con otra persona o empresa. El motivo por el cual recurre a mis
servicios es porque esa empresa que lleva su caso no está siendo clara,
honesta, eficaz ni asertiva. Básicamente, no cumple con las cualidades mínimas
que cualquiera esperaría al contratar servicios administrativos y operativos,
como los relacionados en comercio exterior. Pero después de pagar una asesoría,
yo, como asesora experta, les explico que el servicio que están recibiendo no
es el adecuado: no es legal, se aleja de las normas de la operación aduanera,
no cumple con los requisitos técnicos ni administrativos, y está muy lejos de
actuar con buena fe. Les oriento según lo que solicitan y, además, se les
detalla qué deben hacer y cómo proceder correctamente. Sin embargo, esa
persona, que ya se ha convertido en cliente al pagar la asesoría, simplemente
se va…
Sin embargo, muchas veces, al
contactarles para preguntar cómo avanzan las cosas por el servicio al cliente
que se ofrece y les pregunto sobre “¿qué decisión tomaron?”, recibo respuestas
desconcertantes. Me dicen algo como: “Pues, la verdad, voy a darle un tiempo
adicional a mi proveedor porque me aseguró que en X meses me responderá…” y una
larga lista de excusas. Y lo peor es que no corroboran la información que les
da ese proveedor.
O sea, lo comento, porque uno como asesor experto ¿qué se hace?
Bueno en realidad, yo no hago nada, solo que sí me quedan
una cantidad de preguntas a las cuales no les encuentro respuesta.
De verdad, he tenido varios casos
en los que emprendedores y empresarios parecen no preocuparse por perder. Están
dispuestos a que les roben, les mientan y los guíen personas inexpertas que
ponen en riesgo todo su trabajo e inversión. A pesar de ello, siguen confiando
en aquello que claramente no les conviene.
Si alguien tiene cómo
responder esta inquietud, que es muy larga, además, quedo atenta.